jueves, 12 de agosto de 2010

Orígenes del teatro argentino: Juan Moreira, piedra fundamental

           José A. Podestá en su caracterización del personaje "Juan Moreira" (fotografía del Instituto Nacional de Estudios de Teatro)




Orígenes del teatro argentino

 Juan Moreira: Piedra fundamental del teatro argentino


Existe una total coincidencia en considerar a la pantomima gauchesca Juan Moreira como la piedra fundamental de nuestro teatro, también denominado rioplatense, por cuanto colaboraron en su desarrollo artistas de ambas márgenes del Plata.
El mencionado drama criollo, en dos actos, dividido en doce cuadros, fue compuesto por José Podestá, de acuerdo con un folletín de Eduardo Gutiérrez.

El Juan Moreira, de Gutiérrez, - transformado por su autor en una pantomima -, fue representado por una compañía circense norteamericana, en el Teatro Politeama de Buenos Aires, el 2 de julio de 1884.
Para desempeñar el papel protagónico fue contratado el payaso, acróbata, guitarrero y jinete uruguayo José (Pepe) Podestá. Era conocido en nuestro medio bajo el apodo de Pepino el 88, debido a que en su traje de payaso exhibía un parche con lunares que parecían dos ochos.
Con el correr del tiempo, el mencionado Podestá mejoró los diálogos de la novela y completó el argumento con nuevas escenas y personajes y también con danzas y música adecuada.
En esta forma, la pantomima convertida en drama, se estrenó en el pueblo bonaerense de Chivilcoy – año 1886 – en la pista y el tablado del circo Podestá-Scotti.
Los improvisados actores y actrices circenses obtuvieron con la obra, un gran éxito, que luego repitieron en Buenos Aires. En el año 1901, los hermanos Podestá contaron  con una sala estable: el teatro Apolo.

Juan Moreira gustó mucho al público, por cuanto su espíritu satisfacía el sentir de nuestro medio, al encarnar al héroe romántico, modelo de la hidalguía criolla, siempre dispuesto a defender a los humildes y castigar a los osados.
En esta forma surgió el teatro nacional, con actores criollos que sólo interpretaban el repertorio rioplatense sobre temas populares.
Otra obra de importancia que llevó a escena costumbres de nuestras pampas, fue Calandria, del escritor entrerriano Martiniano Leguizamón – estrenada en 1896 – y en cuyo argumento el gaucho bravío es reemplazado por el paisano trabajador.
Le siguió otro éxito, La piedra del escándalo, de Martín Coronado, drama romántico que pasó las quinientas representaciones.
Un político y hombre de mundo que escribió para la escena argentina casi por diversión fue Gregorio de Laferrére, cuya primera obra titulada Jettatore, le valió un triunfo inmediato (1904); sin embargo, su mejor realización se titula Las de Barranco.
Florencio Sánchez – nacido en Montevideo – introdujo en nuestro teatro los caracteres, el ambiente y los problemas de la sociedad rural rioplatense, no exentos de ternura. Su primer gran éxito fue M´hijo el dotor y su máxima creación la tituló Barranca abajo, tragedia en que es víctima un desdichado paisano.
Puede afirmarse que a partir del año 1905, el teatro nacional comenzó a lograr el apoyo unánime del público, debido a los méritos de autores e intérpretes. Entre los destacados y actrices de esa primera época se pueden mencionar a Roberto Casaux, Enrique Muiño, Angélica Pagano, Blanca Podestá.
En el año 1910 se lo puede ubicar en un grado de madurez, aunque este perfeccionamiento se debilitó en su calidad intrínseca por el interés comercial, es decir, en lograr éxitos de “taquilla” con sólo contentar algunos aspectos no cultos del gusto popular.
A partir del año 1935, el teatro se perjudicó con los progresos del cine nacional, actividad que también acaparó a destacadas figuras de la escena argentina.

Bibliografía: José Cosmelli Ibáñez, Historia de la cultura argentina, Editorial Troquel 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida Araceli: Excelente, como siempre, todo lo vinculado a la Revista que muy supiste componer desde tus notas, escritos, novelas, ensayos, pasando por las entrevistas y esta nueva "Etiqueta", con la síntesis biográfica de escritores, personalidades del quehacer político, cultural, educativo de nuestro país y la historia del Teatro Rioplatense, es de una importancia "capital" dentro de lo vinculado con la educación de nuestra sociedad. Felicitaciones. Mil gracias por todo lo que sabés muy bien brindar y te pido tu consentimiento para compartirlo con mis amigos en Facebook y Twitter. Asimismo hacer un link con la Revista y el Blogg, desde estos espacios.

Un gran abrazo y el cariño de siempre,

Sarita Vigna

Araceli Otamendi dijo...

¡Gracias, Sarita! por tus elogiosas palabras.
Claro que podés compartir los post de este blog con tus amigos de Facebook y Twitter y también hacer un link

un abrazo.

Araceli