domingo, 26 de febrero de 2012

La carta de Gardel - novela - (fragmento)


El avión en que viajaba Guillermo se estrelló esa noche, cuando Mary ya se había ido de la comida de solos y solas y ya se encontraba en su cuarto de la posada, durmiendo.  Pero ella no se enteró hasta la mañana siguiente. Había bajado a desayunar y le sorprendió encontrarme ahí, en el bar de la posada, mientras leía el diario y tomaba el café. Mary sabía que Guillermo estaba viajando, porque todo se sabía en el laboratorio donde ella trabajaba.  Si bien, ella siempre había presentido que Guillermo iba a tener un final trágico no esperaba que eso fuera a ocurrir tan pronto y de esa manera. Decidió irse de la posada enseguida,  armó el bolso con las pocas cosas que había traido y pidió un remise que la llevara de vuelta al pueblo. Casi no intercambiamos palabras cuando me enteré yo también que en el avión del accidente viajaba el ex jefe de Mary.  Yo debía seguir con mi trabajo de investigación del marido de mi clienta, que sí había ido con una mujer y se alojaba en la posada.


Mientras viajaba en el remise, Mary miraba la ruta y las imágenes de Guillermo se superponían una detrás de la otra. Empezó a recordar las escenas vividas, ahí, en esa oficina del piso veinte, y también todo lo que habían hecho juntos, lo que habían hablado, los intercambios y todo lo que había aprendido también  con él. Y todo lo que ella le había dado. Recordaba las conversaciones, las peleas, las comidas, los proyectos. Y por momentos se preguntó qué hubiera ocurrido si ella hubiera seguido ahí, trabajando con él. Pero eso era algo imposible de imaginar. Ya no cabía en su mente. Guillermo estaba muerto. Y durante todo el viaje hacia el pueblo, mientras veía las vacas y las ovejas pastando, los silos llenos de cereales y los tractores trabajando en el campo, empezó a sentir una pena enorme por él. Y también lo admiró, porque había llegado adónde había querido, había tenido éxito, había muerto en su ley. Inteligente, buen mozo, atractivo,  mundano, exitoso, esforzado, tal vez como Gardel, en lo que él hacía, así fue Guillermo.

(c) Araceli Otamendi - Todos los derechos reservados

foto: Museo Casa de Carlos Gardel - (c) Araceli Otamendi

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